[OPINIÓN] RIVE: ULTIMATE EDITION

Uno de los géneros que ha ganado adeptos, y títulos en su haber, en los últimos años, ha sido el denominado “Twin Stick Shooter”. Un subgénero de los “shoot’em up” donde manejamos al avatar con un analógico mientras disparamos sin control con el otro. Juegos que por lo general destacan por su frenetismo, una exigencia palmaria de reflejos y, por supuesto, habilidad.

RIVE: Ultimate Edition es una muestra del buen estado de forma del género que se desmarca de la vista cenital de la mayoría de juegos que copan el mercado para optar por una vista lateral clásica. 

¿Consigue llegar a buen puerto?

HAL 9000… ¿Eres tú ?

Los plataformas de acción llevan existiendo desde que el mundo es mundo. Estoy hablando del mundo del videojuego obviamente. Parece casi ligado a nuestra esencia humana ese gusto por destruir, derrotar a los rivales. Y por esa razón, los plataformas donde además de saltar y medir cada nuevo impulso, nos exige limpiar las pantallas de enemigos; funcionan tan bien. RIVE: Ultímate Edition es un caso más de esa mezcla tan arraigada en los videojuegos.

Todo empieza cuando el Capitan Roughshot, nombre de tipo duro donde los haya, se ve envuelto en una tormenta de asteroides en medio del espacio y es derribado hasta caer en una nave/estación espacial repletas de secretos, y de peligros. Aquí empieza la relación entre el protagonista y un “simpático” robot con quien tendremos nuestros más y nuestros menos a través de diálogos muy cachondos con continuas referencias a la industria del videojuego, la esencia arcade y críticas a nuestra formas de ser.

Un viaje que resulta más ameno con su compañía aunque a veces de ganas de triturarlo. Cosa que es posible que acabemos haciendo y nos sorprenda apareciendo de nuevo poco después con una de sus infinitas copias y algún que otro comentario respecto a lo mala gente que somos.

El motivo de su existencia es guiar al jugador a lo largo de la nave durante las más de 10 misiones que compone el juego. No sin antes divertirse un poco poniendo trampas al protagonista por el mero hecho de verlo sufrir. En ese momento es cuando Roughshot, a bordo de su nave arácnida armada hasta los dientes, debe poner toda su mala leche y frustración destrozando enemigos. Porque la acción y el frenetismo en RIVE están asegurados.

Los plataformas y los shooters en un solo armazón

Como decía, esto no deja de ser un Twin Stick Shooter pero en el que el componente plataformero tiene tanto peso o más. Con una palanca manejamos el movimiento del nave, con la otra apuntamos; y el resto de botones sirve para realizar distintas acciones durante el juego. Véase disparar, saltar, utilizar un ataque secundario, interactuar con el escenario… todo para acabar la tarea encomendada por el robótico amigo y de paso hacerlo de la mejor forma posible para conseguir la mayor puntuación y ver nuestro nombre entre los mejores y más habilidosos jugadores de RIVE al final de que cada misión. Pero no solo por eso.

RIVE se debe jugar en el máximo nivel dificultad, de hecho la propia desarrolladora así lo avisa en los primeros compases del videojuego. De esta manera RIVE se vuelve un ejercicio de concentración y agilidad a los “mandos” de la nave. Oleadas y oleadas de enemigos que caen como moscas ante el armamento tan variado del robot. Un disparo principal (ilimitado) para retener y acabar con los enemigos más simples; y el ataque secundario que hará las delicias de todo jugador. Es el elemento que crea los momentos más satisfactorios del juego. Ya sea con los misiles guiados o sobre todo, la escopeta. Ver volar en pedazos decenas y decenas de enemigos en un solo ataque es un placer para los sentidos. Además, gana en valor al ser un ataque tan limitado, y preciado, en uso.

Hay otra herramienta que hace muy interesante los enfrentamientos. El módulo de hackeo que se consigue en cierto momento de la aventura y que ademas de para abrir puertas, también nos permite con la mejora oportuna, hackear enemigos para unirlos a nuestra causa. Robots que nos curen, que nos defiendan o que sean un apéndice más de nuestro robot a la hora de atacar. Y hacedme caso cuando digo que esos ayudantes pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte en más de una ocasión. Porque los enemigos en su mayoría son naves suicidas que se lanzan cual kamikaze hacia nosotros esperando a ser derribados. Pero también hay otros que nos hacen pensar en la mejor manera de terminar fundiendo sus chips a base de disparos. En el que destacan por encima de todos los jefes finales. Combates arduos, con una épica que pone la piel de gallina y sobre todo, divertidos.

Todas esas mejoras se consiguen antes de cada misión, o de casi todas, en un el hub central que hace las veces de selector de fases. Se pueden adquirir nuevas armas secundarias, nuevas habilidades o mejoras de salud para nuestra inseparable nave. Pero… ¿Con qué vamos a pagar si acabamos de aparecer flotando en la nada más absoluta del espacio? Pues con los restos que van soltando los enemigos y elementos destructibles del espacio. Por eso es tan importante jugar bien si se quiere llegar en las mejores condiciones posibles a la recta final del juego.

La belleza está en el interior.

RIVE: Ultimate Edition no tiene la suerte de tener un estilo artístico llamativo que logre captar la atención con un par de capturas. Ni por paleta de colores. Ni por diseño de entornos y personajes. Es un diseño aséptico. No genera ninguna clase de respuesta emocional a primera vista. Esa indiferencia que tanto puede castigar a un producto. Es verdad que la temática especial/industrial no deja mucho margen a las florituras pero en juegos como Steamworld Heist se puede ver un ejemplo de lo contrario.

Sin embargo, una vez a los mandos todo cobra mayor presencia. Audiovisualmente, y con la ayuda de los 60 fps y la vibración de los joycon que hace temblar todos nuestras “juntas”, hace que la inmersión sea total. Soltar los mandos es muy difícil una vez dentro del mundo de RIVE. Y hay momentos verdaderamente épicos y frenéticos que logran ver todo el conjunto de otra forma.

RIVE: Ultimate Edition es una joya que no tiene la atención merecida. Es un juego que ofrece un buen reto, divertido, muy cuidado en el aspecto puramente técnico y que por si fuera poco, suele ser un habitual en las lista de juegos en oferta. En definitiva, un título que nadie debe dejar escapar.

Imprescindible

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