[OPINIÓN] PUMPKIN JACK

Las compañías suelen planificar muy mucho el momento en el que lanzar un videojuego al mercado. Ya sean grandes compañías o pequeños equipos. Incluso en casos como el que voy a tratar en esta entrada y que tiene un gran parecido con otro del que hablé hace escasas semanas.

Nicolas Meyssonier tuvo a bien poner a la venta su primer juego en una fecha cercana a Halloween. Tiempo de brujas, fantasmas, esqueletos, y como no, calabazas. La situación ideal para que Pumpkin Jack tuviera mayor atención tras 4 largos años de desarrollo. La unión entre Nicolas y la editora Headup Games ha hecho posible que en este año tan raro nos volvamos a sentir como niños por un rato.

Ha, ha, Halloween

Pumpkin Jack nos presenta una historia simple pero muy adecuada para estas fechas ya sea pre o post Halloween. Incluso encaja perfectamente para la temporada navideña.

El diablo ha enviado sus fuerzas demoníacas para desatar el caos en la tierra mientras que los humanos, por su parte, están poniendo toda su esperanza en un hechicero capaz de hacerle frente. El amo del infierno, consciente de esta situación, decide evitar la victoria del hechicero enviando el alma de Jack a la tierra dentro de una calabaza. ¿Por qué Jack? Porque ha sido el único de engañar al diablo hasta 3 veces. El mejor trilero que ha pisado la tierra. Y el único capaz de enfrentarse a una misión de espionaje en la que demonios y humanos querrán partirle los huesos por igual. Una calabaza sola ante el peligro.

Desde las escenas iniciales y los primeros diálogos se puede ver que el humor es clave en la historia. Se quiere contar una historia de terror con un toque de cachondeo para que el juego sea accesible para todos los públicos.

Medievil, ¿eres tú?

Creo que sensación general de todo el mundo que ha probado o ha visto Pumpkin Jack es que podría pasar como un spinoff de Medievil. Por esquema jugable. Por ambientación. Por tono. El recuerdo a la saga de Sir Dan Fortesque es una constante. Afortunadamente no se ha quedado solo en una mera copia de lo que ya hacía el título de la primera Playstation sino que Pumpkin Jack cuenta con unas mecánicas actualizadas y mejoradas. ¿Cómo se traduce esto? En un plataformas de acción en el que los combates ganan enteros convirtiéndose en un Hack & Slash sin mucha complejidad pero con hasta 6 armas que desbloquear que se pueden cambiar en tiempo real y las partes de plataformeo cobran mayor importancia gracias a una cámara trabajada que no te deja vendido en ningún momento.

La media docena de fases que componen el juego repiten el mismo patrón. No obstante, con ligeros cambios para aportar variedad. El plataformeo y la acción ocupan el mayor porcentaje pero hay más de donde rascar. En ciertos momentos Jack deberá separar su cabeza de cuerpo para realizar pequeños puzles con esa nueva perspectiva, en otros irá montado en diferentes vehículos y sorpresa; ¡hay fase de vagonetas! Y la parte final de cada pantalla se guarda para un enfrentamiento final contra un jefe de grandes dimensiones y donde los combates tienen un poco más de chicha.

Los coleccionables tampoco podían faltar aunque no aportan gran cosa. Un gramófono, que no tiene ninguna utilidad, y 20 calaveras por nivel. Las calaveras al menos sí que tienen un fin, usarse como moneda de cambio en las tiendas que hay por los escenarios y comprar trajes para Jack, trajes de lo más variopinto.

Y quiero volver a repetirlo. Que todo este trabajo lo haya hecho una persona, a excepción de la BSO en la que contó con la ayuda de un compositor, tiene muchísimo mérito. Que por cierto, tampoco se le puede achacar nada a la parte musical del juego. Encaja perfectamente con esa ambientación tan de cuento, de cuento de Halloween, que quiere trasladarnos Nicolas con Pumpkin Jack. Esas líneas oblicuas, el gusto por las formas poco naturales. Como si hubiera bebido de las mismas fuentes impresionistas que Tim Burton. Todo funciona como reloj para crear una ambientación llena de magia. Incluidos unos diálogos que derrochan carisma y que, aunque no están doblados al español, no así los textos, son de grandísima calidad.

Pero la libertad creativa que te da ser el dueño y señor de todas las decisiones relativas al desarrollo también tiene sus contras.

Ni RayTracing, ni frames, ni resolución…

Pumpkin Jack no es exclusivo de Nintendo Switch. Comparte protagonismo con PS4, Xbox ONE y PC. Siendo esta última la más completa a nivel técnico de las versiones. Y como todo título no pensado para Switch como plataforma base, tiene sus limitaciones. Para empezar, la nitidez no es su mayor fuerte. En modo Dock es pasable pero con la portátil en la mano está en ese punto límite en el que puede resultar agotador para la vista. No es uno de los máximos exponentes de potencia gráfica de la consola, pero aun así va justito.

Además, la versión de Switch también pierde el término de moda en la actualidad de los foros y redes sociales: el Raytracing o trazado de rayos. Así como diferentes efectos de partículas y de iluminación. Pese a todo es un juego agradable de ver y escuchar. Y que se mueve bien aunque no sea a 60 fps. Alguna rascada puntual pero en líneas generales no hay queja en ese aspecto.

Pumpkin Jack es un bueno juego. Nadie le puede negar eso. Tiene mucho trabajo e ilusión detrás pero eso no es suficiente para competir contra los grandes exponentes del género. Lo que pediría a la industria es que dotaran a Nicolas de un presupuesto y equipo acorde al potencial que tiene. A según qué precio puede doler un poco su compra en parte debido a su escasa duración, unas 5 o 6 horas. De todas formas, es un juego divertido y variado, que merece la pena probar aunque sea una vez en la vida. Si no es a precio completo, en el momento que esté de oferta.

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