[OPINIÓN] PONPU

Bomberman fue un juego que allá por los 80-90 vició a millones de personas con su jugabilidad tan directa y divertida, y en el que el multijugador era una pieza importante de tal éxito. Con un paso a las 3D no muy acertado, su esquema jugable quedó relegado a apariciones testimoniales hasta el punto de empezar a creer que nunca volveríamos a ver un juego parecido. Hasta ahora.

El estudio argentino PurpleTree trae de vuelta esa fórmula con su último juego: Ponpu. Un título que quiere devolvernos aquellos piques con los amigos a base de bombazos.

Blanco & Negro Mix Show

El diseño del juego y de la estética de cada uno de los detalles que dan vida al juego son fantásticos. Te das cuenta de que estás ante algo único desde el primer momento que arranca el juego. Aunque por su estilo que parece sacado de una serie de animación, no es infantil para nada. Juega en la misma categoría de extravagancia que series como Ren & Stimpy. Ese el nivel. Que cuando elijas personaje y el tipo de bomba, se muestre una animación donde el personaje recibe el explosivo a través de una especie de cordón umbilical para luego vomitarla, es toda una declaración de intenciones.

Y no es en lo único que destaca en este apartado. El tamaño y detalles de los jefes finales de mundo son dignos de elogio. Ya no es que sean buenos jugablemente, creativos y con guiños a juegos clásicos; es que son un placer para la vista. No se puede decir lo mismo de los enemigos que aparecen por las fases que si bien no son malos, se repiten con ligeros cambios a lo largo de los mundos y no son tan carismáticos.

Como se puede ver en las capturas, el blanco y negro ha sido la elección de colores para el arte de Ponpu dejando unas notas de color para pequeños detalles como el humo de las explosiones o los ojos de los personajes principales. No es el primer caso en la industria que se decide por esa opción, pero no se le pueden poner pegas porque lo utiliza de manera magistral. Si a eso le sumas unas animaciones donde prima lo grotesco, suaves, con un humor muy particular… de todos y cada uno de los personajes que aparecen en el juego; queda claro que Ponpu es un juego a nivel artístico que no tiene nada que envidiar a otros grandes títulos disponibles en el mercado.

Splatbomb. ¿Pero qué…?

Ponpu es un juego indie pero no se ha escatimado en proporcionar distintos modos de juego al jugador para ofrecer variedad y que todo el mundo se sienta cómodo en su universo.

El modo inicial, principal, tutorial… Como lo queráis llamar es la campaña. Se nos dará la opción de elegir entre 4 “ponpus”, que no tienen mayor diferenciación que su diseño, y dos tipos de bombas. Una que taladra el suelo y se esconde y otra para explotarla de manera remota. Esas armas son con las que contaremos para poder llegar a derrotar al Dios pato. El ente divino que está causando estragos en el universo y al que no podemos dejar salirse con la suya.

Para derrotar a ese ser maligno y “kawaii” a partes iguales hay que recorrer 6 mundos con sus 4 fases por cada uno, encontrando unas llaves ocultas por los escenarios. Llaves que son la única manera de abrir las puertas para acceder al siguiente nivel. Esto se repite una y otra vez hasta llegar a la 4 fase de cada mundo que es donde el modo campaña toma un cariz distinto. Un mundo distinto, mejor, y con más interés: las batallas contra los jefes finales. Todas son distintas. Todos plantean un reto diferente y una manera de afrontarlo. Y los guiños al mundo de los videojuegos y del ocio electrónico hacen acto de aparición.

Una lástima que el control no responda del todo como debería. Habiendo probado varios mandos pensando que podía ser problema de mis periféricos, he comprobado que hay momentos en los que el juego no detecta correctamente los “inputs” del mando. Intentar esquivar golpes o hacer parries con un control que a veces responde y a veces no, no es lo más gratificante del mundo. No hay nada más frustrante que fallar un movimiento por culpa del juego y no de nuestra habilidad. Pese a todo, no es algo que ocurra continuamente. Ni siquiera es imprescindible en la mayoría de las ocasiones tener reflejos de lince aunque un jefe en concreto se hace más difícil de lo que debería por esa razón.

Un mundo aparte son los modos multijugador tanto en local como en red. Ahí todos estamos jugamos con las mismas reglas. Y la locura reina en los combates. Afortunadamente, no he tenido problemas para encontrar partida y en unos pocos segundos ya estaba jugando. 3 modos son los que Purple Tree ha creado para la ocasión: un 2 vs 2 para ver qué equipo es capaz de pintar más parte del escenario deslizando las bombas (¿alguien ha dicho Splatoon?), otro en el que tenemos que recoger las monedas que sueltan nuestros contrincantes al morir y ser el Tío Gilito de la partida y el último y más clásico, el todos contra todos y que gane el mejor. En estas partidas el caos es el Rey. Explosiones, parries, trampas, traiciones… todo lo necesario para jugar partidas en grupo y que las tardes pasen volando. Además, en estos modos los tipos de bombas disponibles aumentan y por tanto la estrategia a usar también. Está claro que aunque el modo campaña tiene su gracia, su chicha… los modos multijugador son la verdadera esencia y gracia de Ponpu. Lo que hace del título un gran “Party Game”.

Ponpu entra por los ojos. Con solo ver un par de capturas la atracción es total. Lástima que su parte jugable no brille con la misma intensidad aunque siga rindiendo a un gran nivel. Por estética, por traer de vuelta la fórmula Bomberman, porque su online funciona bien… Es un juego que merece mucho la pena aún con sus carencias y que no va desentonar en cualquier “jugoteca” que se precio.

Recomendable

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